"No nos cansaremos de repetirlo: hay que pensar, antes que en cualquier otra cosa, en la muchedumbre doliente de los desheredados; aliviarla, darle aire, iluminarla, quererla, abrirle con esplendidez el horizonte; prodigarle de todas las formas concebibles la instrucción; brindarle el ejemplo del trabajo y nunca el de la ociosidad; aminorar el peso de la carga individual incrementando la noción de la meta universal; limitar la pobreza sin limitar la riqueza; crear dilatados ámbitos de actividad pública y popular; tener, igual que Briareos, cien manos para tendérselas por todos lados a los agobiados y a los débiles; recurrir a la fuerza colectiva para atender a esa magna obligación de abrir talleres para todos los brazos, escuelas para todas las capacidades y laboratorios para todas las inteligencias; subir los salarios, disminuir el esfuerzo, equilibrar el debe y el haber, es decir, que el esfuerzo pueda disfrutar y la necesidad pueda saciarse; en pocas palabras, conseguir que el aparato social produzca, en provecho de los que sufren y de los ignorantes, más claridad y mayor bienestar; tal es, que no se les olvide a las almas simpáticas, la primera de las obligaciones fraternas; tal es, que lo sepan los corazones egoístas, la primera de las necesidades políticas.
Y hemos de decir que todo esto no es sino un principio. La cuestión auténtica es la siguiente: el trabajo no puede ser una ley si no es un derecho.
No insisteremos, pues no es éste el lugar adecuado.
Si la naturaleza se llama providencia, la sociedad debe llamarse previsión".
[La imagen adjunta es una parte del cuadro: Emmanuel Joseph Sieyes, de Jacques-Louis David, que corresponde a la ilustración de cubierta de Los Miserables, Volumen 2, de Alianza Editorial S.A., Tercera reimprensión: 2019, diseñada por Elsa Suárez Girard].