
Nicolas Mathieu: SUS HIJOS DESPUÉS DE ELLOS (AdN. Alianza de Ediciones, Madrid, 2018)
“Por otra parte, esos padres que habían decidido huir de la pobreza, ¿qué habían conseguido a la postre? Todos tenían una tele en color y un coche, habían encontrado casa y sus hijos habían ido al colegio. Sin embargo, a pesar de esos objetos, esas satisfacciones y esos logros, a nadie se le habría ocurrido decir que habían triunfado. Ninguna comodidad parecía capaz de borrar la indigencia original. ¿A qué se debía? ¿A los ultrajes laborales, a las faenas viles, al confinamiento, a ese concepto de inmigrante que los definía en todas partes? ¿O bien a su destino de apátridas que no querían reconocerlo? Porque esos padres permanecían suspendidos entre dos idiomas y dos orillas, mal pagados, poco reconocidos, desarraigados y sin una herencia que legar. Por culpa de todo eso, sus hijos contraían un despecho incurable. Y desde ese instante, les resultaba casi imposible trabajar bien en el colegio, triunfar, hacer una carrera y entrar en el juego. En ese país que trataba a su familia como un suceso de periódico, el mínimo gesto de buena voluntad parecía un acto de colaboracionismo”