
Marco Aurelio: MEDITACIONES O SOLILOQUIOS (Alianza Editorial, Cuarta edición 2020).
“Cada mañana, bien temprano repítete lo siguiente: seguro que hoy me encuentro con un indiscreto, con un desagradecido, con un insolente, con un mentiroso, con un envidioso o con un insociable. Son así porque desconocen lo que está bien y lo que está mal. En cambio, yo, que he comprendido la naturaleza del bien, que es bella, y la del mal, que es vergonzosa, y que sé que la naturaleza de una persona que yerra es idéntica a la mía (no porque participe de mi misma sangre ni porque proceda de una misma semilla, sino porque compartimos la inteligencia y una misma porción de divinidad),no puedo sufrir daño alguno de esa persona, pues nadie podrá despojarme de mi honradez. Por eso no puedo enfadarme con mi semejante, ni odiarlo. Y es que hemos nacido para colaborar entre nosotros, al igual que hacen nuestros pies, las manos, los párpados o la dentadura, superior e inferior. De modo que actuar como adversarios entre nosotros es algo contrario a la naturaleza. Y obrar contra natura es también indignarse y mostrar mutua aversión”.