La serie de cuatro cuadros pintada por Archimboldo titulado “Las Estaciones” en la segunda mitad del S. XVII, representan a la primavera, el verano, el otoño y el invierno a través de diferentes rostros, cuyas facciones están dibujadas convegetales, plantas, frutos o animales. En todo caso, la disposición de los cuadros está diseñada de forma que la faz del invierno mira a la primavera, y la del verano al otoño. Viendo la cara que simboliza al otoño, nos parece la más avejentada, aunque como las otras esté cargada de elementos simbólicos.