19/01/2018

“Conseguir que la migración funcione para todos”.

“Conseguir que la migración funcione para todos”.

El Secretario General de las Naciones Unidas presentó el 12 de diciembre de 2017 un interesante informe titulado “Conseguir que la migración funcione para todos”, que sirviese de aportación al borrador preliminar del Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular que dicha organización internacional pretende adoptar en 2018.

El espíritu que subyace al Informe es el de enfatizar los vínculos de la migración con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, básicamente la importancia de los movimientos migratorios para reducir la desigualdad dentro de los Estados y entre ellos, así como en la disminución de la desigualdad de género, más aún cuando una parte muy importante de la población migrante son mujeres.

Al inicio del Informe, en su parte introductoria, el Secretario General de Naciones Unidas avanza ya dos ideas que deberían presidir la negociación del futuro Pacto, que son, por un lado, la urgencia de la cooperación internacional ante el aumento de los migrantes internacionales en un 49% desde el 2000, y aún más, por el hecho de que es probable que las tendencias demográficas, combinadas con otros factores como las repercusiones del cambio climático, contribuyan a que la migración siga aumentando.

Por otro lado, el Secretario General es consciente de la necesidad de mantener un debate respetuoso y realista sobre la migración, mostrando el debido respeto ante las comunidades que teman que con la migración salen perdiendo. Según el informe, aunque se tienen pruebas sólidas de que los migrantes reportan beneficios considerables tanto a los países que los acogen como a sus países de origen, no se puede pasar por alto las impresiones y preocupaciones de los ciudadanos. En este sentido, manifiesta que “las comunidades arrasadas por la desigualdad y las privaciones económicas echan con frecuencia la culpa de sus problemas a la migración. Aunque hace falta explicar por qué es erróneo pensar así, es fundamental tener en cuenta las vulnerabilidades y temores subyacentes de todos los ciudadanos para conseguir que la migración funcione para todos”.

El Informe establece los cuatro fundamentos sobre los que debe descansar el Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular, que son: la potenciación al máximo de los beneficios que tienen para todos las migraciones; el fortalecimiento del Estado de Derecho para impulsar la migración de carácter regular; una nueva configuración de la noción de seguridad; y finalmente, afrontar el desafío de los grandes desplazamientos de personas.

De forma más desarrollada, se puede reseñar lo siguiente de cada una de dichas consideraciones:

1. En primer lugar, el Pacto Mundial debería potenciar al máximo los beneficios que tienen las migraciones para todos.

Como primera base del Pacto, el Secretario General señala que se deben potenciar al máximo los beneficios que tienen las migraciones para todas las personas, es decir, asumir que la migración beneficia tanto a los migrantes como a las comunidades de acogida en los planos económico y social.

Por ello, el Informe hace hincapié en que el Pacto Mundial debe exponer una agenda positiva que ponga de relieve los beneficios de la migración para todos. Esa agenda debería centrarse en ayudar a los migrantes a hacer realidad su potencial económico y social, promover la migración regular y atender las preocupaciones válidas en materia de seguridad de los Estados Miembros en relación con la migración irregular.

El Informe destaca que los migrantes contribuyen financieramente en los países de acogida, poder de emprendimiento, impulsan la actividad económica y de creación de puestos de trabajo. También añade que, en contra de lo que se dice muchas veces, la presencia de migrantes no tiene un efecto negativo a largo plazo en los salarios de otros trabajadores de sus países de acogida, sin embargo, admite también que una gran cantidad de migrantes accede rápidamente a un mercado de trabajo puede que, a corto plazo, ello tenga consecuencias desestabilizadoras en los puestos de trabajo y los salarios. Por esa razón, se advierte que “las políticas nacionales de migración deben tener en cuenta las necesidades de las comunidades locales y las fuerzas de trabajo”.

Añade el Informe que los principales obstáculos a la máxima contribución económica y social posible por parte de los migrantes son las restricciones o la ineficacia de las políticas y leyes sobre trabajo y las costumbres por las que se rige el empleo. Es decir, para el Secretario General de Naciones Unidas, cuando la gobernanza de la migración de carácter laboral es deficiente, puede que resulte difícil a los migrantes encontrar trabajo decente.

Coincido con dicho pronóstico, el principio del trabajo decente, al modo como lo ha configurado la Organización Internacional del Trabajo, vincula la legislación de migración o extranjería con la legislación de trabajo. Los déficits de una u otra obstaculizan la obtención de un trabajo decente para los inmigrantes, en particular, las restricciones de vías legales para trabajar en España hacen más difícil a los migrantes la consecución de un empleo decente, como lo hacen también las lagunas en la legislación de trabajo que no tienen en cuenta la propia diversidad que aportan al mercado de trabajo.

2. En segundo lugar, el Pacto Mundial debe impulsar las migraciones de carácter regular.

El Secretario General fundamenta el futuro pacto en la necesidad de fortalecer el Estado de Derecho, en el sentido de que los migrantes respeten la necesidad de ajustarse a las vías legales y pasar de un país a otro de manera ordenada, pero también, para que ello sea así, que los Gobiernos abran a la migración regular rutas consonantes con la realidad de la oferta y la demanda de mano de obra.

Para el Secretario General de Naciones Unidas, se justifica fácilmente el favorecimiento de la migración regular, ya que si los Estados Miembros abren vías más diversas y accesibles a la migración regular en todos los niveles de cualificación que atiendan la demanda de unos mercados de trabajo gestionados debidamente, en combinación con la cooperación entre Estados orientada a poner en relación la oferta y la demanda de trabajadores extranjeros, disminuirá el número de cruces irregulares de las fronteras, de migrantes que trabajan al margen de la ley y de malos tratos sufridos por migrantes irregulares.

Entre otras consideraciones sobre la necesidad de consolidar medidas para la migración regular en función de las necesidades reales de los mercados de trabajo, el Informe señala que los Estados Miembros y las autoridades subnacionales han de adoptar medidas pragmáticas, como iniciativas de regularización, ante la presencia de migrantes irregulares en sus sociedades.

De hecho, en relación con los inmigrantes indocumentados que llevan tiempo asentados en un país, el Informe señala que hay disponible todo un espectro de opciones para abrir vías a la obtención de un estatuto regular de residencia en el país de destino, entre otras posibilidades, de a) facilitar sin discriminación el acceso a la salud, la educación, la vivienda y otros servicios, independientemente de la nacionalidad de la persona; b) emitir permisos de estancia temporal con fines de trabajo o estudio o por razones humanitarias; c) ofrecer la residencia permanente; o finalmente, d) crear vías que conduzcan a la ciudadanía.

3. En tercer lugar, el Secretario General busca hacer descansar el futuro Pacto Mundial en una nueva perspectiva sobre la seguridad.

En relación a la seguridad, el Informe señala que se necesita un nuevo concepto que fomente a la vez la seguridad de los Estados, el público y los migrantes.  En este sentido, debe superarse la doctrina de garantizar la seguridad del os primeros restringiendo las migraciones, lo que solo deriva en claros perjuicios y en una mayor vulnerabilidad de los últimos.

Para el Secretario General, es profundamente erróneo tratar la migración en sí como amenaza. En este sentido, advierte que el pacto mundial deberá reforzar la cooperación internacional en los aspectos de la migración relativos a la seguridad, como los mecanismos compatibles de control de fronteras, entre ellos la estandarización de los documentos de identidad, la inteligencia compartida y las políticas conexas. Pero también, y en segundo lugar, dicho enfoque de la seguridad mejorará siempre que las políticas que se lleven a cabo fomenten la inclusión, el respeto de los derechos humanos y el estado de Derecho.

4. Como cuarto fundamento, el Secretario General plantea afrontar el reto de los grandes desplazamientos.

El Informe señala que la migración nunca debería ser un acto desesperado: sólo funciona cuando quienes se desplazan adoptan de forma fundamentada y voluntaria la decisión de viajar al extranjero por medios legales.
En relación a este fundamento del futuro Pacto, el Secretario General señala que se debe elaborar una respuesta consonante con las necesidades de los migrantes integrantes de grandes desplazamientos de la que formen parte no solo principios y directrices, sino también medidas concretas para prestarles apoyo.  De forma especial, el Informe muestra una honda preocupación por los probables efectos del cambio climático en los desplazamientos de población, expresando en este sentido que “Todo pacto progresista sobre migración, al igual que todo pacto sobre refugiados, debe partir del hecho de que es probable que en los próximos decenios el cambio climático exacerbe las presiones económicas, ambientales y sociales que alimentan la migración. También es posible prever que otros factores podrán aumentar en años venideros el número de migrantes en situaciones vulnerables. Personas concretas o poblaciones enteras podrán verse en medio de situaciones de privación extrema, escasez de alimentos, brotes de epidemias o inestabilidad real o en ciernes, lo cual las obligará a desplazarse, a menudo sin suficientes recursos, conocimientos o planes de futuro”.

Finalmente, el Informe concluye que el Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular deberá poner de manifiesto la importancia de las políticas subnacionales relativas a los migrantes., así como la importancia de las empresas y los sindicatos en la determinación de las condiciones económicas en que los trabajadores migrantes aportan su actividad laboral. Señala también que la participación comunitaria es el mejor método de prevenir la xenofobia y los discursos falsos sobre la repercusión de los migrantes.

En definitiva, el Secretario General propone que, a escala mundial, el Pacto ofrezca a los Estados Miembros un marco para comprometerse con una política general dirigida a aumentar el acceso jurídico justo y razonable de los migrantes en todos los niveles de cualificación en consonancia con las necesidades del mercado de trabajo en todas partes, al tiempo que se tengan presentes otros motivos de migración, como la reunificación familiar y la educación. Añade también que deberá apoyar prácticas concretas que garanticen trabajo decente a los trabajadores migratorios y alentar iniciativas de regularización de los migrantes que se encuentran en situaciones irregulares.

Desearía que este Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular fuese una realidad este año. Mal está el tema cuando EEUU y otros países ponen serias cortapisas para su consecución. La regulación y control de los movimientos migratorios como esencia de la soberanía estatal es lo que nuestra época está poniendo en entredicho, cosa que, por lo visto, no se quiere asumir por muchos.

 
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