06/02/2020

La movilidad laboral en la Unión Europea en un vistazo

La movilidad laboral en la Unión Europea en un vistazo

Este mes de enero la Comisión Europea ha presentado el informe “2019 Annual Report on Intra-EU Labour Mobility”, de Elena Fries-Tersch, Matthew Jones, Birte Böök, Linda de Keyser y Tugce Tugran, realizado bajo los auspicios de la Dirección General de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión.



Su resumen ejecutivo lleva por título Intra-Eu Labour Mobility at a glance, que da el título de esta entrada en mi blog. Mi objetivo es dar a conocer los principales titulares de este interesante informe sobre la ciudadanía que, habiendo nacido en un país de la Unión, reside en otro, y específicamente en relación a las personas trabajadoras que han ejercido su libertad para trabajar en otro de su Estados miembros.

Para empezar, debe avanzarse la definición de varios conceptos que será claves en este comentario: uno es el de “EU-28 movers”, que podría traducirse como “personas móviles” (en adelante ahorraré añadir que ello siempre es en el espacio de la UE-28),que se definirían a grandes rasgos como todas aquellas que tienen su residencia habitual en un Estado miembro distinto del país del que poseen sus derechos de ciudadanía; en cambio, el informe utiliza también la expresión “Active EU-28 movers”, o “personas activas móviles”,  que incluiría también de forma general a la ciudadanía que o bien está empleada, o bien está desempleada pero busca trabajo, en un Estado miembro de la UE que no sea su país del que son nacionales.

Dicho ello, los principales titulares del informe serían los siguientes:

1. En 2018, había 17,6 millones de personas móviles en la UE, de los cuales 12.9 millones estaban en edad de trabajar (el informe la limita entre los 20 y los 64 años). El porcentaje de estas últimas aumentó un 3,4% en comparación con 2017, pero este incremento fue el aumento más pequeño en los últimos años, ya que se venía siguiendo un aumento estable de alrededor del 5% interanual desde 2014.

Respecto a la edad de las personas móviles, la proporción de personas móviles de 20 a 64 años continúa siendo significativamente mayor que entre los nacionales de los países receptores. En 2018, el 73% de las personas móviles tenían entre 20 y 64 años, en comparación con el 58% de los nacionales. Por lo que hace al sexo, a nivel de la UE, hay una proporción ligeramente mayor de personas móviles femeninas que de hombres (51% a 49%).

En Grecia, Portugal e Italia, el 60% o más de las personas móviles de la EU-28 son mujeres, mientras que en la República Checa y Alemania hay significativamente más hombres (58% y 54%).

Por lo que hace a las personas activas móviles, que trabajan o buscan trabajo, el informe las cifra en el 2018 en 9.7 millones, lo que supone sólo un 4,1% del total de la fuerza laboral en la UE-28. En todo caso, respecto de 2017 se observó un incremento del 2% con respecto a 2017, pero en todo caso se trata de un aumento decreciente, ya que entre 2014 y 2017, las personas móviles activas mostraron un crecimiento anual de 6%-7%, mientras que en 2017 ese crecimiento ya disminuyó al 3%.

Debería reflexionarse sobre esas cifras relativamente bajas en el ámbito europeo, en el que pueden implicarse factores económicos o políticos en determinados países, en todo caso, uno de los factores a reflexionar podría ser si pese a la proclamación de los principios de libre circulación de personas y trabajadores, su plasmación en la normativa en forma de directivas y reglamentos que los concretan puede estar resultando obstáculo a una mayor movilidad. De hecho, se ha de recordar que, para estancias superiores a 3 meses, las personas inactivas, es decir que no tienen trabajo, están viendo como la normativa les pone serios obstáculos para obtener ayudas o ventajas sociales.

Siguiendo con los datos anteriores, tres cuartos de las “personas móviles” de la EU-28 residen en Alemania, Reino Unido, España, Italia y Francia, de hecho, poco menos de la mitad de todas las personas móviles de la EU-28 residían en Alemania o el Reino Unido. Se puede decir que esos países son los que también acogen las personas activas móviles: los cinco Estados que se han mencionado representan alrededor del 78% de las personas activas móviles en la UE, mientras que Alemania y el Reino Unido cubren exactamente la mitad de todas aquellas en la UE-28.

Por lo tanto, la concentración de personas móviles en un grupo limitado de países de Europa occidental continúa y deviene ya un factor característico de la libre movilidad de personas y trabajadores.

Se ha destacar también que países como España, Italia y Francia tienen una mayoría de personas móviles que llegaron hace más de diez años, mientras que el Reino Unido y Alemania tienen una mayoría de personas móviles recientes.

Respecto de los países emisores, los países que vieron más nacionales irse en 2017 fueron Rumanía (173.000),Alemania (163.000),Polonia (127.000),Reino Unido (111.000),Italia (86.000),y en sexta posición España (62.000),en este último caso con una reducción de -5% respecto a 2016.

Ahora bien, en 2018 han sido Rumanía, Polonia, Italia, Portugal y Bulgaria los cinco países emisores de personas móviles más importantes en 2018, y también de los que las han remitido de forma más reciente. Más del 50% de dicho colectivo de personas móviles eran rumanas, polacas, italianas o portuguesas. Juntos llegaban a 6,1 millones. De importancia es el colectivo rumano en España, que suman alrededor del 65% de personas móviles de la UE.

2. El retorno a los países del que son nacionales las personas móviles aumenta: por cada cuatro personas que se van, tres regresan. Según dice el informe, la movilidad de retorno fue particularmente alta como parte de las entradas a Rumania (86%) y Polonia (52%).

En todo caso, el informe también advierte que la mayoría de los países de la UE tenían una movilidad neta negativa en relación a sus nacionales, lo que significa que más personas con la ciudadanía de un país lo abandonaron que regresaron a él.

3. El informe señala que existe una mayor tasa de empleo de las personas móviles de la EU-28, es decir, estas tienen más probabilidades de ser empleados que los nacionales en el país de residencia. En 2018, la tasa de empleo de las personas móviles de la UE fue del 77%, en comparación con el 74% para los nacionales. De los principales países de destino, en el Reino Unido, Italia e Irlanda, la tasa de empleo de los motores fue al menos 4 puntos porcentuales más alta que la de los nacionales.

De interés es por  tanto recalcar la importante  influencia que en términos de empleo tiene la movilidad laboral a otros países de la Unión Europea, en el sentido que esa aventura tiene a los efectos de encontrar un empleo en el país de destino, pero también, posiblemente, a los efectos de facilitar la obtención de uno en el caso de retorno.

Los principales sectores de empleo para las personas activas móviles de la UE en 2018 fueron la manufactura, el comercio mayorista y minorista, la construcción, el alojamiento y los servicios de alimentos, y, en comparación con 2017, se pudieron encontrar ganancias de entrada significativas de las personas móviles en el sector tecnológico (IT).

En toda la UE, el 36% de las personas activas móviles de la EU-28 tienen niveles educativos altos, el 40% medios y el 23% niveles más bajos. Añade el informe que una quinta parte de las personas móviles se emplea en ocupaciones de baja calificación o elementales que requieren solo un grado secundario inferior; otro quinto se emplea en ocupaciones de alta habilidad. Las personas activas restantes se emplean en ocupaciones con requisitos de nivel de habilidad medio.

Añade el informe que los países escandinavos como Suecia (64%) y Dinamarca (59%) tienen la mayor proporción de personas móviles con altos niveles de educación, seguidos de Luxemburgo (56%) e Irlanda (55%). Las mayores proporciones de personas móviles con bajos niveles de educación se encontraron en Finlandia (40%),Francia (39%),Italia (35%) y Portugal (33%).

4. Finalmente, lo que sí está aumentando es el número de trabajadores transfronterizos en sentido amplio, es decir, de aquellos que, viviendo en un Estado miembro, pasan la frontera y trabajan en otro, al margen de la frecuencia con que hagan ese desplazamiento. Por lo tanto, incluye l grupo que se define legalmente como "trabajadores fronterizos", pero también incluye a personas que viajan a intervalos más largos que una vez por semana y trabajadores temporeros que solo trabajan en otro país durante parte del año.

En este sentido, en el 2018, el número total de trabajadores que residen en un Estado miembro de la UE y trabajan en otro fue de 1.475 millones, un aumento del 4% en 2017, lo que implica continuar la escala de crecimiento anual entre 2016 y 2017.

Los principales países de “residencia” de los trabajadores transfronterizos que trabajan en otro Estado miembro de la UE o en un país de la Asociación Europea de Libre Comercio fueron: Francia (374,000),Alemania (241,000) y Polonia (206,000). Los principales países de “trabajo” y fueron, con mucho, Alemania (406,000) y Suiza (324,000). De hecho, Luxemburgo (182,000),Austria (166,000),los Países Bajos (114,000),el Reino Unido (105,000) y Bélgica (90,000),son países de trabajo para entre el 5% y 12% de los trabajadores transfronterizos. Es decir, estamos hablando de países del centro y del norte de Europa.

El trabajo transfonterizo debería ser objeto de una atención especial en un país como España que tiene frontera con otros Estados miembros de la UE, como Francia y Portugal. Considero, por mi experiencia en una província límitrofe con el primero de ellos, que las autoridades públicas y sociales no le dedican la atención que merece, y, por lo que parece,  que está llamada a tener en los próximos años a la luz de las cifas qeu se barajan.

5. “Mobility spells are getting shorter”, lo que en una traducción literal de uno de los mensajes del informe vendría a ser, el encantamiento de la movilidad se achanta o desciende.

Con ello, el informe hace referencia a que la movilidad por poco tiempo (de 1 a 4 años) ha aumentado considerablemente desde 2004; de hecho, los datos muestran que en 2017, al menos el 50% de las personas que se movían con perspectiva de hacerlo a largo plazo que abandonaron el país anfitrión solo habían estado allí durante uno o cuatro años. De hecho, esta tónica ha aumentado significativamente desde 2004.  

Se observa la misma tendencia en la movilidad a corto plazo (durante menos de 12 meses): el número de personas móviles a corto plazo ha aumentado desde 2004. La explicación que ofrece el informe es que la mayor parte de personas móviles son jóvenes, más propensos a realizar más movilidad adicional a la inicial. En todo caso, el informe concluye sobre un aumento de la movilidad circular, ya que se ha descubierto que las personas que se mudaron una vez son más propensas a realizar movimientos posteriores.

De interés, éste último dato, respecto a los jóvenes que migran a otros países de la Union Europea, los cuales, por lo que parece, no parecen tener tampoco un ánimo de ejercer una aventura a largo plazo, sino que están abiertos a cambiar o a volver si vale la pena hacerlo a efectos laborales posiblemente.

 
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