Enero de 2020: Perro semihundido, de Goya.
Durante este mes de enero, la Fundación Rafael Campalans ha publicado su Informe Social "Desigualtats davant d'un futur incert" (Desigualdades ante un futuro incierto),con grandes colaboraciones de diversos autores. Por mi parte, estoy muy satisfecho de haber aportado al informe mi artículo "El futuro del trabajo. La necesidad de políticas centradas en las personas". El informe está disponible de forma gratuita en la página web que he vinculado a su título. Quisiera felicitar a la Fundación por su ya Sexto Informe, y naturalmente os recomiendo su lectura para comprender y reaccionar ante los malos tiempos en el ámbito social que estamos viviendo.
Por otra parte, durante este mes me ha apetecido mucho acompañar como imagen de este apartado una obra de mi pintor favorito, Francisco de Goya, aprovechando un aniversario que vale la pena recordar. Se trata de que hace 200 años, en 1820, Goya comenzó a pintar en la Quinta del Sordo una serie de escenas que han pasado a la historia del arte como las "Pinturas negras". Entre esasa pinturas se incluye la que os adjunto: Perro semihundido (1820-1823).
Si queréis más información sobre esta imagen, podeís acceder al comentario que realiza la página web del Museo del Prado que es donde está instalada. Desde luego, viendo todo el cuadro de forma completa (de perspectiva vertical, no más bien rectangular que es la que he incluido en mi Diario),y derivado de ello, la mirada del perro hacia arriba, la desproporción de su cara canina respecto del horizonte ascendente que tiene delante suyo, la falta de un objeto que nos haga saber lo que está mirando, hacen que sienta cierta congoja al mirarlo, pero respuesto, mi ojos parecen ver en la mirada del perro cierta compasión, cierta aceptación ante lo que ha de venir, cierta sumisión, propia del buen perro, pero que también la asumo yo, tal vez como buena forma de afrontar las incertidumbres de la vida.
Por otra parte, durante este mes me ha apetecido mucho acompañar como imagen de este apartado una obra de mi pintor favorito, Francisco de Goya, aprovechando un aniversario que vale la pena recordar. Se trata de que hace 200 años, en 1820, Goya comenzó a pintar en la Quinta del Sordo una serie de escenas que han pasado a la historia del arte como las "Pinturas negras". Entre esasa pinturas se incluye la que os adjunto: Perro semihundido (1820-1823).
Si queréis más información sobre esta imagen, podeís acceder al comentario que realiza la página web del Museo del Prado que es donde está instalada. Desde luego, viendo todo el cuadro de forma completa (de perspectiva vertical, no más bien rectangular que es la que he incluido en mi Diario),y derivado de ello, la mirada del perro hacia arriba, la desproporción de su cara canina respecto del horizonte ascendente que tiene delante suyo, la falta de un objeto que nos haga saber lo que está mirando, hacen que sienta cierta congoja al mirarlo, pero respuesto, mi ojos parecen ver en la mirada del perro cierta compasión, cierta aceptación ante lo que ha de venir, cierta sumisión, propia del buen perro, pero que también la asumo yo, tal vez como buena forma de afrontar las incertidumbres de la vida.
